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Neumáticos, la parte o componente más efímero y súper importante para un monoplaza
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Texto: Willy Hierro Caveda
Poner un monoplaza a punto, en la F1, cuesta muchísimo. Por lo tanto, es importante que sus partes y componentes sean lo más duradero posible. Sin embargo, los neumáticos de un F1 son la parte o componente que menos dura.
Hoy día, quitando entrenamientos y una parte de la clasificación sabatina de cada GP, se necesitan –mínimo– dos juegos de neumáticos para terminar una carrera. Eso por reglamento, pero de no haberlo, habría que parar igual para reponerlos. Tanto es así que, para agilizar el recambio, nuevas técnicas y mecanismos hacen que hoy se cambien los cuatro rines en menos de 3 segundos.
Si la competencia de constructores ha contribuido al desarrollo del automóvil de serie, la batalla entre marcas de neumáticos también ha contribuido a su desarrollo. Lamentablemente, esa lucha por demostrar que marca tiene un mejor rendimiento por vueltas cesó en 2007, cuando Bridgestone, por decisión de la FIA, pasó a ser proveedor único en la F1. En 2011 y hasta la fecha es Pirelli.

Nueve marcas han desfilado por la gran carpa del automovilismo, pero ninguna ha sido como Goodyear, con 36 temporadas a su haber y 364 victorias. Además, tiene como valor agregado que en la mayoría de sus temporadas ha tenido que batallar con otras marcas. La liza más significativa fue en 1977, cuando rivalizaron cuatro marcas importantes de la industria: Bridgestone, Dunlop, Michelin y Goodyear. Ese año fue campeón de pilotos Niki Lauda, pilotando un Ferrari, que consiguió el título de constructores llevando neumáticos Goodyear.

Si vamos unos años atrás, tenemos otra temporada bien interesante, 1958, cuando comenzó el campeonato de constructores. Ese año ganó el equipo Vanwall, que tuvo como piloto estrella a Stirling Moss, calzando neumáticos Dunlop. Ese año, además de Dunlop, participaron otras cinco marcas, destacándose: Pirelli, Firestone y Continental.
Hoy día, como ya comentamos, en la F1 no hay competencia de neumáticos, siendo Pirelli la única en pista. Eso puede favorecer a la marca, en perfeccionamiento y publicidad, pero no al desarrollo del neumático en sentido general. Aunque la marca italiana lleva 10 años como proveedor único, también tiene el mérito de ser pionera en el Campeonato Mundial que se inició en 1950, y ya tiene a su haber 28 temporadas.

Ahora los neumáticos de F1 están marcados por un color: Rojo (Blando), Amarillo (Medio) y Blanco (Duro); siendo la dureza y el agarre inversamente proporcional. Eso significa que un neumático blando tiene mejor agarre, pero dura poco, menos de 20 vueltas; por otra parte, uno duro se agarra menos, pero dura más de 30 vueltas. Así, viendo los colores de las ruedas podemos pronosticar estrategias y resultados, tanto especialistas como aficionados. Pero antes de 2008, cuando eran más de una marca en la pista, los fabricantes guardaban sus secretos y era imposible imaginar en que vuelta pararían para cambiar las llantas.
Aunque sé que la batalla entre marcas aumenta el desarrollo, ahora me gusta más porque todos los pilotos cuentan con el mismo compuesto para escoger y hasta nosotros nos trazamos estrategias que muchas veces coinciden con las aplicadas por los equipos.
Cualquiera que no tenga idea de lo que sufre un neumático de F1 en carrera, pudiera pensar que no son nada buenos porque no duran, a veces, ni 100 km de carrera. Pero es todo lo contrario, son extremadamente buenos; porque, además de resistir con eficiencia frenazos de más de 300 km/h a 100 en 2 segundos, pueden doblar en curvas rápidas a más de 200 km/h. Y lo más interesante, la carga aerodinámica ejerce una fuerza hacia abajo, en forma de peso, que supera una tonelada. Y ahora que saben eso les pregunto, ¿son buenos o no?



