Este modelo clásico y elegante de Jaguar llegó a los Mesa a través de Iván, cabeza de familia y promotor del proyecto “Y que historia”. Ahora luce con orgullo sus líneas refinadas y su mecánica impecable, a pesar de los años, pero cuando fue adquirido por Iván Mesa, en 2015, parecía una chatarra por donde quiera que se le mirara.

Sin embargo, Iván Mesa tuvo una visión diferente con respecto al Jaguar, al punto que lo compró sin titubeos. El primer contacto entre vendedor y comprador se dio en Santa Fe, muy cerca de la Marina Hemingway, específicamente en el Restaurante El Laurel, uno de los más distinguidos de la zona.

Después de comprado y en pésimo estado, fue directo al taller de Elio el tornero (en Santa Fe) y fue allí donde se inició la restauración. La chapistería fue el punto de partida, de la mano de “Puchi” quien, después de haber comenzado su obra, tuvo que parar y ponerse en función del Hot Rod, de quien ya conocen su historia. Esta fue una decisión que hizo que el Jaguar Mark – VIII de 1953 esperara dos años para renacer.

Lo cierto es que “Puchi” tuvo que convertirse en un artista de la antorcha, el tac y el martillo para moldear toda la carrocería y dejarla como original. Un trabajo que fue de adentro hacia afuera, comenzando por el chasis –reconstruido por completo–, como el piso y sobre todo el frente que, si de fábrica viene desarmable por tornillos, ya se había soldado. Hubo que bajar de internet muchos planos con sus medidas e imágenes para lograr la originalidad que lo distingue.

 
Conseguir la luminaria, manillas de puertas, accesorios y demás no fue tarea fácil, las que fueron adquiridas a través de compras en internet por catálogo en Inglaterra. Lo más complicado fue conseguir los relojes de la pizarra, que miden velocidad en millas por hora, rpm, temperatura, presión de aceite, voltímetro y nivel de combustible. Otro toque de originalidad son las llantas, tapas de rueda y neumáticos, un conjunto que nos traslada de súbito a la década de 1950. 

  
Jaguar es una marca inglesa de automóviles deportivos, de carrera y de lujo. Es precisamente en el tercer segmento donde encaja el modelo Mark – VIII. Fue fundada en 1922 por William Lyons bajo el nombre de “Swallow Sidecar Company”. Como “Jaguar Car” se renombró después de la Segunda Guerra Mundial y en nuestros días es propiedad de la compañía india Tata Motors.

 
Los que conocen de historia y de autos clásicos, pensarán que cometemos un error al decir que este Jaguar de 1953, es un Mark VIII, los cuales se comenzaron a fabricar en Inglaterra a partir de 1956. Sin embargo, el Jaguar de la familia Mesa y del proyecto “Y que historia” es una edición especial limitada del Mark VIII, fabricada en Francia en 1953, antes de que se produjera en Inglaterra. No es casualidad, entonces, que su timón este a la izquierda y no a la derecha como todos los coches británicos.

En cuanto al motor, el legendario y longevo XK6, es un 6 cilindro en línea, con bloc de hierro fundido y tapa de aluminio de DOHC (doble árbol de levas en cabeza) y dos carburadores. Si la carrocería estaba hecha trizas, el motor no. Sí hubo que comprarle los accesorios y piezas exteriores nuevas y originales, pero el corazón: cigüeñal, cilindros y pistones son los de fábrica. Entre las piezas nuevas y originales que se pusieron destacan: la bomba de agua, la distribución, el encendido electrónico, el sistema de lubricación externo, el múltiple de escape y los carburadores. Como ya adelantamos este es uno de los motores insignias de Jaguar, que se construyó desde 1949 hasta 1993. Es por eso que se le pueden colocar piezas más modernas como el encendido electrónico y el sistema de lubricación externo de mangueras prensadas, más seguros y eficientes, pero de fábrica para la unidad de potencia XK6.

El sistema de alimentación, específicamente la bomba de gasolina y sus dos depósitos de combustible, ha sido modernizado, pero hace la misma función. En 1953 venía con los dos depósitos (uno de 70 L y otro de 35 L, 105 litros en total) y una bomba eléctrica de gasolina para cada tanque, las que se activaban desde el panel de control con un botón. Ahora, una sola bomba eléctrica impulsa el combustible de ambos depósitos, una acción que también se realiza desde el panel de control por un conmutador. Un deseo de Iván Mesa fue adaptarle un aire acondicionado al Jaguar, un detalle que, si bien lo aleja de la originalidad, aumenta su confort considerablemente. De cualquier manera, el trabajo se hizo a conciencia, enmascarando su visibilidad sin perder eficiencia.

  
En cuanto a pintura, fue “Fidelito”, del Guatao, quien puso manos a la obra, un pintor con quien ya se había trabajado el Hot Rod. Se le dio un color beige, con un acabado que parece de fábrica. También fue impecable el tapizado, a cargo de “Raulito”, con quien “Y que historia” ha tenido gratas experiencias de su trabajo.

En el taller de Rogelio Paris se reparó el motor, que estuvo a cargo de “Carlín”; y la instalación eléctrica, de la mano de Rogelio. Precisamente, ellos, como en los anteriores, le dieron los toques finales para que saliera reluciente el Jaguar Mark VIII de 1953, como salieron las otras dos joyas rodantes de “Y que historia”.

Listo para rodar, se convirtió en el vehículo privado y de preferencia de Iván Mesa. Quien lo utiliza no sólo para cuestiones de trabajo, sino que también lo ha utilizado para vacacionar, ejemplos claros han sido sus dos viajes de La Habana a Varadero, una experiencia única, donde por momentos ha podido rodar a más de 100 km/h.
 
“Y que historia” se enorgullece de su Jaguar con el que ha participado en ferias, exposiciones, concursos, películas y videos clip. Destacan: el Premio al Mejor Auto Clásico en el II Salón del Automóvil de Excelencias del Motor, su participación en el film Red Avispa y su presencia en la visita a Cuba de Carlos, príncipe de Gales y su esposa Camila, la duquesa de Cornualles, en 2019. 

Pero el mayor orgullo y más grande amor por el Jaguar Mark – VIII de 1953 lo siente Iván Mesa, quien no puede ocultar el brillo en sus ojos cuando lo mira, lo maneja y lo disfruta.