F1: Mercedes o Hamilton, ¿quién tiene la razón?

Texto: Willy Hierro Caveda

El novelón por la controversia sobre el contrato entre Hamilton y Mercedes ha llegado límites
insospechados. Falta poco más de un mes para el inicio de la pretemporada y aún no hay
respuesta de ninguna de las dos partes. Tanto el siete veces campeón del mundo como la marca
alemana han puesto sus condiciones sobre la mesa y ninguno quiere ceder. ¿Quién pierde más? De
súbito es imposible saber, pero si no hay un arreglo entre las partes, con el tiempo se sabrá.

De antemano diré que quien más tiene que perder es Mercedes, porque Hamilton, corra o no, será
de los grandes, sino el más grande de los pilotos de la máxima categoría con: siete títulos
empatado con Schumacher, pero conseguidos en menos temporadas; también tiene el récord absoluto
de poles, podios y victorias en Grandes Premios. Una retirada a tiempo no empañaría para nada
su palmarés. Sin embargo, si Mercedes no consigue que uno de sus pilotos se haga campeón en
2021, entonces se dirá, con conocimiento de causa, que Hamilton fue parte importante en el
dominio de Mercedes por siete temporadas.

Es cierto que alguno de los pilotos de la parrilla, incluyendo a Valtteri Bottas, tiene
posibilidades de coronarse con Mercedes si Hamilton no está. Pero sólo es eso, “posibilidades”,
porque con Hamilton Mercedes tiene la victoria segura y lo sabe bien. Un buen día lo tiene
cualquiera, como una mala carrera, pero cerrar un título es cosa de pocos y en eso Lewis ha
demostrado un gran arsenal.

Otra cosa –todo es opinión personal–, Hamilton tiene la herida por la rara temporada que vivió
en 2016, cuando Rosberg se coronó. Las roturas de caja y motor que sufrió “solo su coche”, como
lo fue en los GGPP de China y Rusia y otras irregularidades de esa temporada que dejó ver la
preferencia del equipo por el piloto alemán, Lewis no lo olvida. De no haber sido así, Hamilton
tuviese ahora ocho títulos. Por eso, pase lo que pase, mi voto es para Hamilton.

Si fuese como dicen muchos, que con Mercedes gana cualquiera, entonces la marca alemana ya
hubiese contratado al más barato de los pilotos. O mejor aún, le hubiese vendido el asiento a
cualquier piloto millonario para que se anotara un título en la F1. "A Dios lo que es de Dios y
al Cesar lo que es del Cesar".