El crecimiento y la experiencia del Taller ARC son palpables. El dueño y creador del proyecto, Ariel Camacho Rodríguez, lo tiene bien claro cuando nos dice: “Aumentar la producción y ampliar la variedad de productos nos interesa muchísimo, pero nada es más importante para nosotros que la calidad”.

Viéndolo así, no nos sorprende que dentro de sus reglas de trabajo esté el control de la calidad. Por ejemplo, ARC no pone piezas a disposición de sus clientes que no hayan sido probadas en condiciones extremas. Sin embargo, Ariel sabe que en la producción está la clave del éxito, un proceso que ha ido perfeccionando con el tiempo.

Lo primero es la selección de la materia prima, reciclado de PVC (Policloruro de Vinilo), un material que se distingue por ser dúctil y resistente. Esa materia prima, luego de seleccionada, pasa por el molino, que la convierte en pequeñas partículas que no sobrepasan los 4 mm.

Ese material, se cierne para extraerle el polvo e impurezas. El siguiente paso es el horno, que garantiza dos condiciones fundamentales, la primera es extraer la humedad, y la segunda llevar la materia prima a la temperatura ideal (70^o C), antes de entrar a la máquina de moldeo por inyección. Ya dentro de la máquina, la temperatura del PVC asciende a un rango de entre 200 y 240^o C. Finalmente se inyecta el material a los moldes, donde se fabrica la pieza. Claro, la calidad depende también de los moldes, los que son diseñados y fabricados por ARC.

 

Ariel no cesa en la investigación y añadió un nuevo paso al proceso de fabricación con una centrifuga. Esta nueva máquina herramienta no sólo extrae humedad a la materia prima, sino que también la hegemoniza. Ese nuevo paso, sin dudas, aumenta la calidad final del producto. La centrifuga puede sustituir al horno; así lo hacen muchos productores, con el fin de disminuir los costos de producción. Sin embargo, ARC mantiene el horno en el proceso, para garantizar que la temperatura de la materia prima, a la entrada de la máquina de moldeo por inyección, sea constante (70^o C).

El acabado es primordial, y allí también influye la presentación, la visibilidad. En ese sentido, Ariel ha preservado el color clásico, el negro. Sin embargo, no son pocos los que abogan por otros colores como el rojo y el azul, dos tonalidades que ARC ya tiene en producción con un alto nivel de preferencia.

 

En la actualidad, la diversidad de piezas de goma para vehículos en el Taller ARC supera con facilidad el centenar, donde destacan las fabricadas para los autos rusos Moskvich y Lada, sin menospreciar las elaboradas para las motos Suzuki.

No son pocos los que gustan comparar las piezas “originales” con las fabricadas por ARC. Pongo entre comillas originales, porque se sabe que hoy día, con la globalización, es muy difícil, para no decir imposible, detectar cuando la pieza es original y cuando es fabricada por industrias independientes. También, lo más común, es que dichas piezas son compradas al ‘por mayor’ por comerciantes, quienes luego las venden como originales por el hecho de haber sido importadas.

La diferencia está en ARC, quienes no solo ponen su sello en la pieza, sino que también, dan la cara al cliente con la seguridad de que serán complacidos. No por gusto Ariel tiene una máxima probada y comprobada: “mi producto es igual o mejor que el original”.