Que joven, amante de la mecánica y de la adrenalina que produce acelerar a fondo un motor de combustión, no ha soñado tener una moto. Pues Hansel Mesa no fue la excepción. Así las cosas y con la ayuda de su padre fue por su sueño.

El primer paso fue visitar a su padrino, Ricardo Salmerón, Harlista de pura cepa, quien le recomendó ir a ver a Julio Palmero, otro seguidor de la marca norteamericana de motos, que tenía una Harley Davidson de 1942 a la venta. Para revisar la moto, Iván le pidió a Carlín, mecánico de la familia, que acompañara Hansel. Así lo hicieron y después de ver algunos pormenores y revisar la moto, el Harley pasó a ser parte del patrimonio de la familia.

El Harley Davidson 1942 adquirido por Hansel tenía buena pinta, pero para asegurar que todo estuviese en orden, decidieron llevarlo al taller de Rogelio Paris y hacerlo tornillos. Partir de cero, pieza a pieza, detalle a detalle fue y es el modo operandi del proyecto “Y que historia”, que dio sus primeros pasos con el Ford de 1929. Estamos hablando de 2013, cuando sólo se había hecho el trabajo del Ford, pero con un resultado impresionante.

Después de desarmar toda la carrocería, para cogerle los detalles y prepararlo para pintura, se dieron cuenta que no había mucho que hacer. De cualquier manera, se puso manos a la obra, y a la par se comenzó a desarmar la unidad, para revisarla y reparar todo lo que fuese necesario.

Aunque el trabajo duro de desarme y arme estuvo a cargo de Rogelio y Carlín, hay que darle mucho crédito a Ricardo Salmerón, quien en todo momento asesoró la mecánica del motor y la carrocería. Pero que, además, en los momentos más difíciles fue él quien ejecutó la mecánica.

Menos chapistería y pintura, y algunas reparaciones del motor, como cigüeñal, cilindros, que necesitaban maquinaria especial, el resto se realizó en el taller de Rogelio, quien hizo además la instalación eléctrica. Fueron seis meses ininterrumpidos, pero al final el resultado se reflejó en la sonrisa de Hansel, quien pudo decir con satisfacción: “Ya tengo mi Harley, como una vez tuvo mi padre”.

Viéndolo así Iván Mesa, padre de Hansel, comenzó a alimentar otro sueño, tener otra Harley Davidson y poder rodar junto a su hijo por las calles de La Habana. Con ese fin y dos años después, en 2016, Iván tuvo la oportunidad de adquirir otra Harley Davidson Panhead, esta de 1960, que parecía impecable.

No obstante, Iván no se conformó y le puso un parabrisas clásico, además de reparar la caja de velocidades con piezas originales. Y para asegurar que su Harley estuviese realmente impecable y fuese segura, se le puso las cadenas –primaria y secundaria– nuevas, así como el sistema de frenos de la rueda trasera.

Tan espectacular quedó la Harley Davidson Panhead de 1960, que Iván no sólo la disfruta manejándola en pequeños paseos, sino que ya como Club “Y que historia” se decidieron llevarla al I Salón del del Automóvil Excelencias del Motor, realizado en 2018. Allí fue galardonada como la mejor Moto Clásica del evento. Al año siguiente, 2019, se presentaron en la segunda edición y la moto también fue distinguida con el premio a la moto más popular del certamen, un premio alcanzado por los votos del público presente.

Pareciera que la primera de las Harley Davidson del club “Y que historia”, la de 1942, ha quedado olvidada, pero no es así. Esta se exhibe con elegancia y orgullo en la sala de reuniones del club, que a la vez es el lugar donde se muestran interesantes y llamativas reliquias museables. 

Y nadie duda de que un día, como para realizar sueños por cumplir, Hansel e Iván se monten en sus Harley Davidson y sientan el orgullo y el placer de rodar juntos por las calles de La Habana.